La tenosinovitis de Quervain surge como resultado de la inflamación o engrosamiento de la vaina sinovial que rodea los tendones del primer compartimento dorsal de la muñeca. Este compartimento incluye los tendones abductor largo del pulgar y extensor corto del pulgar, los cuales desempeñan un papel clave en los movimientos de abducción y extensión del pulgar.
Cuando estos tendones experimentan un uso excesivo o movimientos repetitivos, pueden producirse microtraumatismos acumulativos. Esto lleva a la formación de tejido inflamatorio y fibroso, lo que resulta en una disminución del espacio disponible dentro del compartimento tendinoso. Esta constricción genera fricción y dolor durante el movimiento del pulgar y la muñeca.
Los síntomas principales de la tenosinovitis de Quervain incluyen: dolor, inflamación, disminución de la funcionalidad y prueba de Finkelstein positiva (dolor exacerbado al realizar una desviación cubital con el pulgar atrapado dentro del puño).
Existen varios factores de riesgo asociados con el desarrollo de la tenosinovitis de Quervain, entre los que se incluyen:
- Movimientos repetitivos: Actividades que implican movimientos repetitivos del pulgar y la muñeca, como escribir, teclear, tocar instrumentos musicales o levantar objetos pesados.
- Género y edad: La afección es más común en mujeres, especialmente entre los 30 y 50 años.
- Condiciones ocupacionales: Trabajadores en industrias que demandan un uso constante de las manos están particularmente en riesgo.
- Cambios hormonales: El embarazo y el posparto están asociados con un mayor riesgo debido a cambios hormonales y al aumento de actividades relacionadas con el cuidado del bebé.
- Traumatismos previos: Lesiones en la muñeca pueden predisponer a la enfermedad.
- Enfermedades inflamatorias: Condiciones como la artritis reumatoide también pueden predisponer al desarrollo de esta afección.
En Madrid Fisiotecar realizamos el tratamiento de esta patología mediante la utilización de la terapia manual y el movimiento, combinado con un diagnóstico previo ecográfico si es necesario y la utilización de otro tipo de técnicas invasivas encaminadas al objetivo de reestructurar los tendones afectados, disminución del dolor y recuperar la funcionalidad total de la articulación. A continuación dejamos una propuesta de ejercicios para la realización domiciliaria por parte del paciente, Este protocolo ha de ser siempre revisado por un fisioterapeuta teniendo en cuenta las características de cada paciente.
- Estiramiento del pulgar:
- Coloca la mano afectada sobre una superficie plana con la palma hacia arriba.
- Usa la otra mano para llevar suavemente el pulgar hacia el lado opuesto de la palma hasta sentir un estiramiento ligero.
- Mantén la posición durante 15-30 segundos y repite 3-5 veces.
- Deslizamiento tendinoso:
- Con el brazo extendido y la palma hacia arriba, mueve el pulgar hacia la base del meñique.
- Regresa lentamente a la posición inicial.
- Realiza 10 repeticiones, 2-3 veces al día.
- Fortalecimiento isométrico del pulgar:
- Coloca el pulgar contra el lado del índice formando una “o” con los dedos.
- Presiona suavemente durante 5-10 segundos sin provocar dolor.
- Repite el ejercicio 10 veces.
- Estiramiento de la muñeca:
- Extiende el brazo frente a ti con la palma hacia abajo.
- Usa la otra mano para doblar suavemente la muñeca hacia abajo hasta sentir un estiramiento.
- Mantén la posición durante 15-30 segundos y repite 3-5 veces.
- Rotación de la muñeca con resistencia:
- Usa una banda elástica ligera alrededor de los dedos y el pulgar.
- Abre y cierra la mano contra la resistencia de la banda.
- Realiza 10-15 repeticiones, 2-3 veces al día.


